Estudio bíblico y teológico
Segunda parte: La Mujer vestida de sol (Apc. 12): Iglesia, Israel y la Virgen María madre del linaje
Por Gerardo Cartagena Crespo
En la primera parte estudiamos y vimos la existencia de un vínculo entre la Mujer y su linaje de Génesis 3,15 y la Virgen y su linaje de Isaías y Mateo con la Virgen María, la Madre del Mesías (Mujer-linaje Génesis, Mujer-Mesías Evangelios). Ahora veamos cuál es la relación y conexión de la Mujer y su linaje de Apocalipsis 12 con la Mujer y su linaje de los Evangelios.
III. La Mujer vestida de sol (Apc. 12): Iglesia, Israel y la Virgen María madre del linaje
Esta relación Madre-Hijo en oposición a la Serpiente-linaje la vemos bien plasmada en Apocalipsis 12. Veamos:
Aquí transcribo la totalidad del capítulo para que se tengan en cuenta todos los elementos.
1. Una gran señal apareció en el cielo: una Mujer, vestida del sol, con la luna bajo sus pies, y una corona de doce estrellas sobre su cabeza;
2. está encinta, y grita con los dolores del parto y con el tormento de dar a luz.
3. Y apareció otra señal en el cielo: un gran Dragón rojo, con siete cabezas y diez cuernos, y sobre sus cabezas siete diademas.
4. Su cola arrastra la tercera parte de las estrellas del cielo y las precipitó sobre la tierra. El Dragón se detuvo delante de la Mujer que iba a dar a luz, para devorar a su Hijo en cuanto lo diera a luz.
5. La mujer dio a luz un Hijo varón, el que ha de regir a todas las naciones con cetro de hierro; y su hijo fue arrebatado hasta Dios y hasta su trono.
6. Y la mujer huyó al desierto, donde tiene un lugar preparado por Dios para ser allí alimentada 1.260 días.
7. Entonces se entabló una batalla en el cielo: Miguel y sus Angeles combatieron con el Dragón. También el Dragón y sus Angeles combatieron,
8. pero no prevalecieron y no hubo ya en el cielo lugar para ellos.
9. Y fue arrojado el gran Dragón, la Serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el seductor del mundo entero; fue arrojado a la tierra y sus Ángeles fueron arrojados con él.
10. Oí entonces una fuerte voz que decía en el cielo: «Ahora ya ha llegado la salvación, el poder y el reinado de nuestro Dios y la potestad de su Cristo, porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba día y noche delante de nuestro Dios.
11. Ellos lo vencieron gracias a la sangre del Cordero y a la palabra de testimonio que dieron, porque despreciaron su vida ante la muerte.
12. Por eso, regocijaos, cielos y los que en ellos habitáis. ¡Ay de la tierra y del mar! porque el Diablo ha bajado donde vosotros con gran furor, sabiendo que le queda poco tiempo.»
13. Cuando el Dragón vio que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer que había dado a luz al Hijo varón.
14. Pero se le dieron a la Mujer las dos alas del águila grande para volar al desierto, a su lugar, lejos del Dragón, donde tiene que ser alimentada un tiempo y tiempos y medio tiempo.
15. Entonces el Dragón vomitó de sus fauces como un río de agua, detrás de la Mujer, para arrastrarla con su corriente.
16. Pero la tierra vino en auxilio de la Mujer: abrió la tierra su boca y tragó el río vomitado de las fauces del Dragón.
17. Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos, los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús.
18. Yo estaba en pie sobre la arena del mar."
Este texto de profundo significado es interpretado de varias maneras. Los protestantes y afiliados evitan, en todo lo posible y lo más alejado posible cualquier interpretación que relacione a esta mujer, aunque sea remotamente, con la Madre del Mesías-Jesús, la Virgen María. En la Iglesia Católica se está dando el fenómeno entre muchos exegetas y estudiosos de relacionar dicha mujer no ya con la Virgen María, sino con el pueblo de Israel o la Iglesia misma.
A. Elementos desvinculantes
Entre los argumentos que se presentan que, según la interpretación que se les dé, impiden tal vínculo Mujer-Virgen María, son los siguientes.
Expondré las objeciones a la identificación de esta Mujer con la Virgen y su refutación o aclaración a las objeciones. Aunque las objeciones son de fuente católica, algunas de ellas son también de interpretación protestante.
1. a) ¿Por qué Juan describe a esta mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas (signo de honor y de una eminente posición) cuando todavía la Iglesia no la veneraba del modo como se hace hoy? b) Respuesta: Porque la veneración del Pueblo de Dios hacia la Virgen no es la que da origen a este tipo de descripción que vemos en Apocalipsis 12, sino todo lo contrario, es la realidad de esta dignidad que envuelve a María la que da origen a la veneración mariana.
2. a) Si esta Mujer es la Virgen María, ¿por qué es descrita dando gritos de dolores de parto cuando la tradición, desde la Iglesia Primitiva, jamás la ha presentado en tal situación? b) Respuesta: Porque, como signo, el grito puede interpretarse como un anuncio del inminente (los dolores de parto) manifestación del Mesías.
3. a) Si esta Mujer es la Virgen María, ¿por qué su hijo le es arrebatado (para protegerlo contra el dragón) hasta el trono de Dios (se interpreta con ello que murió) después de darlo a luz cuando la realidad es que, el niño es cuidado por sus padres hasta la edad adulta? b) Respuesta: Primero, porque fue protegido, en su infancia, contra el Rey Herodes que buscaba su muerte; y, segundo, porque como figura de lo que parecía un rotundo fracaso el acontecimiento de la Cruz, con la Resurrección se convirtió en una gran victoria sobre Satanás.
4. a) Si esta Mujer es la Virgen María, ¿por que se le reconoce otros hijos? ¿no se supone que Jesús sea su único hijo? b) Respuesta: Porque, como bien dice el texto, esos hijos de la Mujer son "los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús", es decir, el nuevo Pueblo de Dios de la Nueva y definitiva Alianza. Hijos que le fueron entregados a ella por el mismo Jesucristo en la Cruz en la persona del discípulo amado, el cual se la llevó para su casa.
5. a) Si es la Virgen María ¿por qué es presentada huyendo al desierto después de la muerte de Jesús cuando desde la Iglesia primitiva jamás se ha dado cuenta de tal detalle, sino el de su permanencia con la Iglesia naciente hasta el último día en la tierra? Y ¿qué es eso de que se le diera las alas del águila grande? b) Respuesta: Si partimos del hecho de que a esta Mujer Dios la ha enemistado (separado, protegido) contra la serpiente, hemos de interpretar que, este huir al desierto y las alas del águila grande, es la manera simbólica de esa enemistad. La Mujer, Madre del Mesías, es separada y protegida contra las asechanzas e insidias de Satanás, es decir, por una gracia especial, por los méritos anticipados de Cristo, María jamás se asociará con la Serpiente o, en este caso, el dragón que representa a Satanás.
Estos son los argumentos que encuentran muchos exegetas y estudiosos modernos que, según ellos, impiden el que se pueda relacionar a esta Mujer con la Virgen María, pero como hemos visto fáciles de refutar y aclarar.
Lo curioso y hasta contradictorio de estas interpretaciones es el hecho de que, se toman texto cargados de simbolismos (de un libro lleno de imágenes simbólicas y signos) y obviando dicho género literario los interpretan de modo literal, como algo acontecido históricamente y, con ello, concluyen que no puede ser cierto tales eventos históricos, pues los mismo no se pudieron dar en María Virgen; y como no se pudieron dar en María Virgen, el vínculo entre esta Mujer y ella se rompe, luego esta Mujer no puede ser la Virgen María. Pues claro, si interpretan imágenes simbólicas de modo literal es lógico que no se vea una relación; pero si como se ha visto en las respuestas se interpretan como lo que son (imágenes simbólicas) sí puede darse (y de hecho se da) una exacta relación y vínculo entre ambos personajes.
B. Mujer-Iglesia-Israel
Ahora veamos, según estas nuevas interpretaciones, a quien se vincula esta mujer.
1. Mujer-Iglesia
En comentarios bíblicos se dice que esta Mujer es la Iglesia que ha de pasar por grandes y terribles persecuciones. Pero esta interpretación tiene varias dificultades. Veamos:
1.a) Algunos autores no consideran que represente a la Iglesia ya que ésta no es la que da a luz a Cristo, es Cristo quien, en la Cruz del Calvario, da a luz a la Iglesia.
1.b) El hecho de que es presentada con otros hijos (los que guardan los mandamientos de Dios y mantienen el testimonio de Jesús) la convierte en una entidad distinta al nuevo Pueblo de Dios que, de hecho, es la Iglesia, los fieles al Evangelio de Jesucristo.
Luego los elementos vinculantes de esta Mujer como que es la Iglesia no son muy convincentes.
2. Mujer-Israel
Ante la dificultad que presenta el que esta Mujer sea la Iglesia, se ha presentado la posibilidad, con mayor evidencia a favor, de que represente a Israel.
2.a) Los signos del Sol, la Luna y las estrellas hacen relación al pueblo de Israel. Para ello se hace un vínculo entre estas imágenes y el sueño de José:
Génesis 37,9: "Volvió (José) a tener otro sueño, y se lo contó a sus hermanos. Díjoles: «He tenido otro sueño: Resulta que el sol, la luna y once estrellas se inclinaban ante mí.»"
También podemos ver estas imágenes como representativas de Jerusalén en: Isaías 30,26 y 60,20; también en Cantar de los Cantares 6,10. La corona de doce estrella representaría a las doce tribus de Israel.
2.b) El signo de los dolores de parto es representado en: Isaías 26,17; 42,14; y Miqueas 4,10. Son signos que aluden al Pueblo de Israel.
2.c) En cuanto a las alas del águila, vemos esta imagen referida a la salvación de Dios para con su Pueblo. Y así: Éxodos 19,4; Deuteronomio 32,11.
Si conectamos estas metáforas aplicadas al Pueblo de Dios del Antiguo Testamento con las imágenes de la Mujer de Apocalipsis 12, tenemos un vínculo que nos lleva a concluir que, esta Mujer representa en efecto al Pueblo de Israel. Entonces ¿esto quiere decir que el vínculo con la Virgen María no es posible? La conclusión protestante y afiliados sería absolutamente imposible tal vínculo. Recordemos que estamos en el campo de las metáforas, imágenes, signos cuyos simbolismos pueden ser aplicados según los eventos y circunstancias.
C. María como representante de dos Pueblos
Si la Mujer de Apocalipsis no es una mujer concreta, sino que representa o es figura de algo o alguien, creo que no se estaría forzando una interpretación que nos lleve a conjeturar que esta imagen o "signo" represente, a parte de Israel, a la Virgen María Madre del Mesías, por varias razones.
Nota. Aunque no niego que la evidencia que vincula a esta Mujer con el Pueblo de Israel sea correcta, también y de igual manera se debería considerar las imágenes o signos que la vinculan con la Virgen María. Veamos.
1. Por lo ya aclarado más arriba en "A. Elementos desvinculantes". Sería bueno que lo repases.
2. Los signos (Sol, Luna y estrellas) la identifican como un personaje muy distinguido y de muy elevada posición (no materialmente, sino espiritualmente) del pueblo de Israel. Si esta Mujer representa también a la Virgen María, por eso podemos ver cómo Isabel, llena del Espíritu Santo, en un canto de alabanza (sí, la primera y muy digna alabanza, inspirada por el Espíritu Santo, de boca de Isabel) puede proclamar "bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre" (Lucas 1,41-43). Y ella puede proclamar de sí misma:
"Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre..." ( Lucas 1,46ss).
3. El signo del Sol también representa al Mesías que es presentado como el Sol de Justicia en Malaquías 4,2 (3,19ss en texto hebreo). La Mujer vestida de sol es la Mujer vestida (que lleva, posee, porta en su vientre) del Mesías, Sol de Justicia. De aquí que también haga alusión a la Virgen María, portadora del Sol.
4. El signo de las estrellas, aparte de representar a las doce tribus de Israel, también representa a los doce Apóstoles del Cordero, columnas de la Iglesia (Apocalipsis 21,14; Efesios 2,19-20).
5. La luna bajo sus pies, su signo lo podemos ver en el sueño de José, hijo de Jacob (Israel).
"Se lo contó a su padre y a sus hermanos, y su padre le reprendió y le dijo: «¿Qué sueño es ése que has tenido? ¿Es que yo (el sol), tu madre (la luna) y tus hermanos (las estrellas) vamos a venir a inclinarnos ante ti hasta el suelo?» (Génesis 37,10).
Lo interesante de este relato es que Raquel (la luna), la madre de José, era la esposa preferida de Jacob (el sol). La que él más amaba. Luego el que la Mujer tenga la luna bajo sus pies indica que es la amada, la favorita del Sol (del Mesías y Dios con nosotros). Otro dato interesante es que Raquel ya había muerto (Génesis 35,16-19), mas es presentada por Jacob como si todavía estuviese viva. Este dato es muy significativo si tenemos en cuenta la verdad de fe que Jesucristo (Sol de Justicia), indicando la realidad existencial de los Patriarcas, nos ha revelado y nos asegura que "Dios no es Dios de muertos, sino de vivos". Por consiguiente, esta Mujer no solamente es la preferida, la amada de Dios, sino que, ante su presencia Ella, en contra de lo que digan otros, está viva. ¿No vemos en ello una imagen de la asunción de María?
Como hemos visto todos los signos apuntan, no solamente al Pueblo de Israel, de donde procede el Mesías, sino que de una manera muy clara dichos signos, imágenes, metáforas apuntan también a una mujer en concreto: la Madre del Cristo. Y con más razón si vemos en María una representante muy privilegiada de ambos pueblos: de Israel por ser ella judía, y de la Iglesia, por ser ella la primera y la más fiel discípula del Salvador.
Teniendo esto en cuenta, la Mujer de Apocalipsis 12, como Madre del Emmanuel, vincula y une ambos pueblos en una sola persona enemiga, junto con su simiente o linaje, de la serpiente o Satanás. De aquí que la Iglesia que Cristo fundó, la puede proclamar Inmaculada Concepción y Asunta al cielo.
Por eso la Iglesia Católica puede predicar que "La victoria sobre el “príncipe de este mundo” (Jn 14, 30) se adquirió de una vez por todas en la Hora en que Jesús se entregó libremente a la muerte para darnos su Vida. Es el juicio de este mundo, y el príncipe de este mundo está “echado abajo” (Jn 12, 31; Ap 12, 11). “Él se lanza en persecución de la Mujer” (cf Ap 12, 13-16), pero no consigue alcanzarla: la nueva Eva, “llena de gracia” del Espíritu Santo es preservada del pecado y de la corrupción de la muerte (Concepción inmaculada y Asunción de la santísima Madre de Dios, María, siempre virgen). “Entonces despechado contra la Mujer, se fue a hacer la guerra al resto de sus hijos” (Ap 12, 17). Por eso, el Espíritu y la Iglesia oran: “Ven, Señor Jesús” (Ap 22, 17. 20) ya que su Venida nos librará del Maligno" (Catecismo de la Iglesia Católica 2853).
IV. Vinculando Génesis 3,15 y Apocalipsis 12 con la Virgen María
Aquí es Jesucristo quien nos da las claves o pistas que vinculan a estas dos Mujeres con su Madre. Veamos.
1. Las bodas de Caná -Juan 2,1-11-
En estas bodas se da una escena muy significativa de la relación afectiva entre Jesús y su Madre. No describiré los detalle de la boda, sino aquella escena que es el centro y razón de ser del episodio.
Se ha acabado el vino y María, muy pendiente de la situación, se dirige a su Hijo: "Se ha acabado el vino". La respuesta de Jesús, para nuestra mentalidad, suena un tanto pesada y de rechazo: "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora." Ante la respuesta de Jesús, aparentemente de rechazo (tal y como piensan muchos), María no se inmuta, sino que llena de una total confianza y seguridad en su Hijo, dice a los sirvientes: "Haced lo que él os diga." Lo que llama poderosamente la atención es la insistencia de su Madre, ya no dirigiéndose a él, sino a los sirvientes con la total confianza y seguridad de que él va a cumplir su petición. Jesús, en vez de desoír e ignorar a su Madre (actitud de esperarse de haber sido la interpretación protestante la correcta), lleva a cabo el deseo de ella (actitud conforme la interpretación católica): resolver el problema del vino de los novios: "Llenad las tinajas".
En este episodio de las Bodas en Caná vemos cuatro elementos o acciones muy significativos.
a. "Se ha acabado el vino". En esta expresión que María dirige a Jesús, vemos el grado de conocimiento y familiaridad de María para con su Hijo. Ella sabía y estaba segura de que Jesús podía, de algún modo, resolver el problema de los novios (pues quedarse sin vino sería muy vergonzoso para ellos). Podemos ver en este pedido el profundo conocimiento de quién es Jesús y la total confianza de que él puede y va a solucionar el problema.
b. "¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora." (BJ). Otras traducciones: *" Mujer, ¿por qué te metes en mis asuntos? Aún no ha llegado mi hora." (BL); * "¿Qué tenemos que ver tú y yo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora." (BV); *"¿Qué tengo yo contigo, mujer? aún no ha venido mi hora." (BRV); *"Mujer, ¿eso qué tiene que ver conmigo? —respondió Jesús—. Todavía no ha llegado mi hora." (NBI). Como vemos, aunque hay ciertas variaciones en la traducción, la idea viene siendo la misma.
Tres elementos podemos distinguir aquí:
b.1) "¿Qué tengo yo contigo,...?" ¿Se puede interpretar esta expresión como un rechazo de Jesús a su Madre, como indican muchos no católicos? Según el contexto, no lo indica así; ni tan siquiera lo insinúa. Hay otras situaciones similares que, muchos sectarios utilizan para indicar que Jesús rechazó o minimizó el papel de ella en la obra de la Salvación y que aclara el sentido de la expresión de Jesús. Aunque en estos casos las respuestas de Jesús no van dirigidos directamente a Ella, sí, de una manera muy especial la incluyen. Veamos:
*Mateo 12, 46-50: “Todavía estaba hablando a la muchedumbre, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera y trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «¡Oye! ahí fuera están tu madre y tus hermanos que desean hablarte.» Pero él respondió al que se lo decía: «¿quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y, extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: «Estos son mi madre y mis hermanos. Pues todo el que cumple la voluntad de mi Padre celestial, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre.»”
Dijo Jesús: "El que cumple la voluntad de mi Padre." Ante esta verdad María dijo: "He aquí la esclava del Señor. Hágase en mí según tu palabra" (Lucas 1, 38). Luego, ¿quién mejor que María cumplió la voluntad del Padre?
*Lucas 11, 27-28: “Sucedió que, estando él diciendo estas cosas, alzo la voz una mujer de entre la gente, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!» Pero él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan.»”
Jesús dijo: "Los que oyen la palabra de Dios y la guardan." Ante esta verdad leemos: "María guardaba todas estas cosas en su corazón" (Lucas 2, 19). ¿Quién mejor que María para guardar la Palabra de Dios y ponerla en práctica?
Luego más que rechazar a su Madre, lo que Jesús hizo fue honrarla pues fue ella, su más fiel discípula, la primera y la que en mayor perfección realizó lo que él señaló. Así pues, la expresión de Jesús no sería para nada de desprecio, sino una invitación a reflexionar y meditar en lo trascendente de lo que le está solicitando.
b.2) "... mujer?" Los no católicos indican que, como Jesús no usó el término "madre", con ello está indicando que su relación con ella es meramente familiar y superficial y en nada se relaciona con él como Mesías y Dios hecho hombre.
Cuando Jesús la llama "mujer", ¿habrá tenido en su mente a la Mujer de Génesis 3,15? Los protestantes y afiliados mantendrán su rotundo "no". ¿Cómo saberlo? En el apartado "b.1)" tenemos la respuesta. Hemos de creer que Jesús cuando dijo: "El que cumple la voluntad de mi Padre" y "Los que oyen la palabra de Dios y la guardan", de seguro que a quien tenía en su mente como perfecto ejemplo de tales cualidades era a su Madre, la "Kejaritomene", la plena y totalmente separada de Yahveh y, por ello y junto con él, la enemiga de la Serpiente. Es así que, Jesús no solamente no menosprecia a María con el apelativo de "Mujer", sino que la señala, para las futuras generaciones, como la Mujer enemiga de la serpiente y Madre del linaje o simiente que aplastará la cabeza a Satanás.
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Para un estudio más detallado de este tema, accede a: "El misterio de por qué Jesús llamó "mujer" a María en las bodas de Caná" (enlace al final página).
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b.3) "Todavía no ha llegado mi hora". ¿Cuál hora? Pues la "Hora" en la que va a aplastar la cabeza al Diablo en la Cruz del Calvario. Pero esa Hora da inicio con su manifestación pública y es precedida por los signos (como los llama San Juan) que lo señalan a él como al Mesías. Por consiguiente, este episodio da a entender que la Madre del Mesías, en cierta forma, adelanta la Hora establecida por Dios y ¿altera el plan divino de la "hora" de inicio de la manifestación pública del Mesías? Esto que para muchos sonará muy duro y hasta herético, tiene su paralelismo con Moisés: El Pueblo de Israel se rebela y protesta contra Dios, y Dios decide exterminarlo y poner a Moisés al frente de otro pueblo de gente "más grande y más fuerte que ellos". Moisés ruega a Dios para que desista de tal acto. Dios escucha los ruegos de Moisés y no lleva a cabo su propósito (Números 14,1-20). ¿Quiere esto decir que Dios cambia? No. Dios no puede cambiar puesto que el cambio, en Dios, sería una imperfección. Lo que Dios hace es establecer dicho cambio desde la eternidad en atención a los ruegos de Moisés. En María Dios realiza el cambio desde la eternidad en atención a su súplica.
c. "Haced lo que él os diga". Esta acción de María deja ver claramente que ella no ve ni interpreta en la respuesta de su Hijo nada que le indique algún tipo de rechazo a su súplica, pues de haber notado algún tipo de reproche y negativa a responder a su súplica, la "Kejaritomene", ella que ha hallado gracia ante Dios, y con su humilde y obediente respuesta al ángel "hágase en mí lo que has dicho", su humildad y total obediencia a Dios la hubiese llevado a desistir ante la supuesta negativa y queja de su Hijo. Si manda a los sirvientes a hacer "lo que él les diga", es porque ella estaba total y plenamente segura de que su Hijo iba a responder a su súplica.
d. "Llenad las tinajas". La respuesta de Jesús ante la súplica de su Madre al ponerle al tanto de la necesidad apremiante de resolver el problema del vino, nos da a entender el poder de intercesión de la Madre hasta tal punto que, "cambia" la "hora" de inicio del ministerio de Jesús como preparación del "terreno" que culminará en la gran Obra de la Redención y Salvación en la Cruz.
Por consiguiente Jesús, al hacer uso del término mujer, y no madre, está indicando y señalando a su Madre como la Mujer, madre del linaje que va a aplastar la cabeza a la serpiente.
2. "Mujer, he ahí a tu hijo; hijo he ahí a tu madre" -Juan 19,25-27-
En este episodio, al final del ministerio público de Jesús, nos encontramos con una escena terrible. María, su madre, con Juan (el discípulo amado), al pie de la Cruz. Obviando una descripción de los acontecimientos, nos encontramos con que Jesús vuelve a dirigirse a ella con el término de "Mujer" y no madre como, según la lógica, debió haber sucedido.
Este término es el que confunde a muchos y los lleva a pensar y creer que de alguna manera Jesús rechazó a su madre. Éstos no pueden ver más allá de los elementos materiales y se olvidan del trasfondo espiritual y sobrenatural de los hechos. No sería exagerado pensar y creer que Jesús, las veces que se dirige a ella como "mujer", ¿estaría pensando en ella, la "Kejaritomene" (la que está y ha estado siempre plenamente llena de la gracia divina) y madre del Mesías, como la Mujer de Génesis, madre del linaje?
Ahora en la Cruz Jesús revela el gran misterio de la Salvación y Redención para el mundo, pues él, el linaje o simiente de la mujer, ha venido a aplastar la cabeza a la Serpiente y destruir, así, las obras de Satanás y otorgar la libertad y salvación a todos los que quieran aceptarle y reconocerle como su Señor.
3. Un gran paralelismo
Es interesante el percatarse que existe un gran paralelismo en el Evangelio de Juan y la totalidad de la Biblia. La Biblia nos habla de dos acontecimientos que involucran a la mujer y su linaje. El primero se da en los comienzos como una promesa: habrá enemistad entre la mujer-linaje y la serpiente-linaje. El otro acontecimiento al final como una señal de guerra: Mujer-Hijo contra el dragón.
Cuando comparamos Génesis 3,15 y Juan en las bodas de Caná (ambos en los comienzos), en Génesis Dios nos da la promesa, en el evangelio la mujer y su simiente se hacen presente (como cumplimiento de la promesa) y dan inicio a los acontecimientos que culminarán en la Cruz, donde el linaje aplastará la cabeza a la serpiente.
Cuando comparamos Juan 19,25-27 con Apocalipsis 12 (ambos eventos al final), en Juan Jesús entrega su madre-mujer a su discípulo amado para darle seguridad y protección, y él, en una aparente derrota, con su muerte y resurrección triunfa y vence a la serpiente.
Es interesante que el paralelismo en las cuatro narraciones son muy vinculantes y muestran una relación muy íntima entre la "Mujer-linaje" de Génesis y "Mujer-Hijo" en Lucas y Juan (en los comienzos); y "Mujer-Hijo" en la gran batalla contra la Serpiente en el Calvario y "Mujer-Hijo" en la gran batalla contra el dragón en Apocalipsis (ambos eventos al final).
Los paralelismos son tan precisos que, es imposible ignorar el profundo vínculo entre "mujer-linaje" de Génesis, y "mujer-hijo" de Apocalipsis con la "Virgen-Hijo" de los Evangelios. De aquí que, es imposible negar que, efectivamente, la Mujer de Génesis y de Apocalipsis son figuras de la Virgen María, la Mujer, Madre del Mesías.
Nota. Para un estudio más detallado de este tema, accede aquí: "El misterio de por qué Jesús llamó "mujer" a María en las bodas de Caná"
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